La diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre, que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, por lo tanto, es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, derrames cerebrales y amputación de miembros inferiores.
La más común es la diabetes tipo 2, que ocurre cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina o no produce suficiente insulina. En las últimas tres décadas, la prevalencia de la diabetes tipo 2 ha aumentado drásticamente a nivel mundial.
La diabetes tipo 1, conocida como diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente, es una afección crónica en la que el páncreas produce poca o ninguna insulina por sí mismo.
Es una enfermedad que no respeta género, edad ni siquiera estatus social, muchas personas la padecen sin saberlo, incluso, ha llegado a convertirse en una emergencia sanitaria en México.
La causa principal de la diabetes son los malos hábitos alimenticios llenos de azúcares refinadas y grasas saturadas, le sumamos a esto el sedentarismo, la obesidad y el factor genético. Es importante mencionar que la prevalencia del sobrepeso en América fue casi el doble de la observada en todo el mundo. Entre los adolescentes, el 80.7% son insuficientemente activos.
En México la diabetes es la tercera causa de muerte; más de cien mil personas mueren al año por esta enfermedad. En América, aproximadamente 62 millones de personas la padecen; este número se ha triplicado desde 1980 y se estima que alcanzará la marca de 109 millones para el 2040.
Una dieta saludable, beber suficiente agua, actividad física regular, mantener un peso corporal normal, dormir por lo menos 7 horas diarias y evitar el consumo de tabaco son formas de prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2.
Recuerda que más vale prevenir que tratar y que tu salud y la de tu familia está en tus manos.