El estrés en la pandemia

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[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=”El estrés en la pandemia”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]En un fenómeno como la pandemia, los efectos en las personas son distintos y dependen primordialmente del momento y la situación en que cada uno se encuentre.

Un hecho como este ha llevado al mundo a una serie de cambios importantes donde la mayoría de nosotros hemos estado sometidos a situaciones que implican un nivel alto de estrés, el cual lo podemos dividir de la siguiente manera:

  • Estrés Sanitario: donde se incluye el miedo al contagio, la saturación de información en medios, la controversia en medidas preventivas y la paranoia social.
  • Estrés Laboral: las actividades esenciales no paran y las no esenciales llevan a cabo home office lo que nos lleva a una hiperconexión y un nivel de responsabilidad alto.
  • Estrés Económico: los gastos fijos continúan e incluso se incrementan al estar en el hogar, al igual que las posibilidades de despido, en algunos casos personas que ya se quedan sin trabajo y otras que presentan disminución en sus salarios.
  • Estrés Personal: confinamiento con convivencia familiar 24*7 y cambios en los hábitos, presentando en algunos casos trastornos de salud (problemas de sueño, peso corporal, relaciones, entre otros.)

La reacción que cada uno tenga puede tomar diferentes formas, pero es importante saber que en episodios de estrés existe una respuesta subjetiva que, en general, toma la forma de una emoción. Se puede vivir, por ejemplo, como ansiedad, pero también como tristeza, angustia y rabia. Y no solamente como emociones, sino que también como un estado de ánimo. Así, cuando hay un estado de ánimo negativo, toda la percepción de la realidad estará sesgada, pero la persona no necesariamente será consciente de ello.

El estrés durante un brote de enfermedad infecciosa puede incluir:

  • Miedo y preocupación por la salud y la de los seres queridos.
  • Cambios en los patrones de sueño.
  • Cambios en los patrones de alimentación.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Empeoramiento de los problemas de salud mental crónicos.
  • Aumento del consumo de alcohol, tabaco o drogas.

Algunas recomendaciones son:

  • Mantenerse virtualmente conectado con los seres queridos.
  • No exponerse a demasiada información.
  • Mantener el orden.
  • Mantener rutinas.
  • Pedir ayuda cuando se necesite.
  • Cuidar el cuerpo: alimentarse y dormir lo suficiente.
  • Permanecer en el aquí y ahora.
  • Desconectarse con algún tiempo para actividad física o lúdica, o simplemente hablar y reírse.

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