Día Mundial de la Salud Mental:

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La Importancia de Hablar y Cuidar de Nuestro Bienestar

Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una jornada dedicada a concienciar sobre la relevancia del bienestar emocional y la necesidad de acceso a servicios de salud mental adecuados. Promovida por la Federación Mundial de la Salud Mental y respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta fecha busca romper el estigma que rodea los trastornos mentales y enfatizar la importancia del apoyo integral.

El impacto de la salud mental va más allá del individuo; tiene un efecto profundo en las organizaciones y en la sociedad en su conjunto. Un trabajador que goza de bienestar físico y psicológico no solo es más productivo, sino que también está más comprometido y resiliente ante los desafíos del entorno laboral. Estudios recientes muestran que los problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, representan el 12% de los días laborales perdidos a nivel mundial. Esto no solo afecta el bienestar del empleado, sino también la productividad general de las empresas, lo que subraya la importancia de invertir en programas de salud mental en el trabajo.

La pandemia de COVID-19 exacerbó esta situación: según la OMS, los casos de depresión y ansiedad aumentaron en un 25% a nivel global. La demanda de apoyo psicológico creció significativamente, y muchas organizaciones comenzaron a implementar medidas para mejorar el bienestar mental de sus empleados. En este contexto, invertir en salud mental no solo es una responsabilidad ética, sino también una estrategia clave para lograr un desarrollo económico y social sostenible.

Además, la relevancia de la salud mental se ve reflejada en preocupantes cifras globales. El suicidio, una de las principales causas de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, cobra cerca de 700,000 vidas al año, lo que resalta la urgencia de intervenir a tiempo y proporcionar apoyo emocional a quienes más lo necesitan.

El bienestar psicológico debe ser una prioridad no solo a nivel individual, sino también a nivel social y organizacional, garantizando entornos de trabajo saludables y accesibles en términos de salud mental.