El equilibrio entre el trabajo y la vida personal no es un lujo, sino una necesidad. En México, según la OCDE, los empleados trabajan un promedio de 2,128 horas al año, lo que coloca al país como uno de los que más horas laborales acumulan. Sin embargo, un exceso de trabajo no siempre significa mayor productividad y puede afectar la salud física y mental de los empleados.
Los efectos del desequilibrio
Un mal equilibrio entre trabajo y vida personal puede derivar en estrés crónico, fatiga, disminución del rendimiento e incluso problemas de salud como hipertensión y trastornos del sueño. Además, las relaciones personales también se ven afectadas, lo que genera un círculo vicioso de insatisfacción en todos los ámbitos.
Estrategias para lograr el equilibrio
- Definir límites claros: Con el auge del teletrabajo, muchas personas han perdido la línea entre la oficina y el hogar. Es clave establecer horarios de trabajo fijos y respetarlos, evitando contestar correos o mensajes fuera del horario laboral.
- Aprender a decir no: Aceptar todas las tareas adicionales puede ser perjudicial. Evaluar la carga de trabajo y priorizar actividades permite enfocarse en lo esencial sin sobrecargarse.
- Hacer pausas productivas: Estudios sugieren que tomar descansos cortos cada 90 minutos mejora la concentración y productividad. Incluso una caminata de 5 minutos puede ayudar a reducir la fatiga mental.
- Optimizar la gestión del tiempo: Herramientas como la técnica Pomodoro, que divide el tiempo en bloques de 25 minutos de trabajo y 5 de descanso, ayudan a mejorar la eficiencia y reducen la procrastinación.
- Fomentar actividades fuera del trabajo: Tener hobbies, practicar deporte o simplemente pasar tiempo con la familia y amigos es fundamental para desconectarse del trabajo y mejorar la salud mental.
- Buscar apoyo en la empresa: Conocer y aprovechar todos los beneficios que da la empresa en este sentido puede marcar la diferencia.
